El gran
carnaval
Es una película
estadounidense de 1951, escrita, producida y dirigida por Billy
Wilder. Gracias a su humor irónico, a su visión
escéptica de la
vida, a su genio, a su sentido
para la cámara y
a su habilidad para el montaje,
Wilder logró desarrollar un
estilo propio en el arte de narrar historias. Aunque conocido sobre todo por
sus ácidas y crueles comedias, mostró su genialidad en todos los géneros que
abordó, desde el cine negro, hasta el drama social.
En esta película Billy Wilder nos muestra hasta qué punto se
equivoca la naturaleza del hombre, mostrándonos el lado más oscuro y ambicioso del ser humano. Transmite toda la película de un cinismo y de
un humor negro que genera una agobiante sensación de desesperanza ante lo que vemos.
Cada uno de los personajes es el fiel reflejo de las peores miserias del ser
humano.
Chuk Tatum, probablemente uno de los personajes más
cínicos de la historia del cine, es un periodista falto de
escrúpulos que para alcanzar el éxito profesional crea un auténtico circo
mediático alrededor de un terrible suceso: un desprendimiento de tierra que
deja a un hombre atrapado en una mina. Mediante su ingenio y sus artes
manipuladoras consigue mantener atrapado más tiempo a la víctima. Así, lo que
podría haber sido un rescate de apenas unas horas se convierte en un verdadero
espectáculo que logra captar el interés de la audiencia, cada vez más y más
interesada en el suceso.
Wilder ofrece aquí
uno de los más duros retratos del egoísmo humano y la crueldad de la sociedad
contemporánea; “El gran carnaval” es un vivo ejemplo de cómo las más bajas
pasiones, el ansia de fama, poder y dinero, pero también la cobardía, estupidez
y lujuria gobiernan nuestros actos.
Nos hallamos ante una película dura pero
impresionante, que hace reflexionar acerca de cuáles son los verdaderos valores
de la vida, así como el lugar que en ella debe ocupar la verdad. No solo hace
una crítica al poder manipulador de los medios de comunicación y la corrupción
del sistema político, sino también a otros estamentos de la
sociedad que permiten que se produzca el espectáculo.
Escrito por: Marisabel Pineda Hernández
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